Cosas de niños.
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Cosas de niños.
Cosas de Niños.
En el programa “El Hormiguero” de Pablo Motos, frecuentemente sacan algunas frases y preguntas de los niños, de las cuales os rescato algunas que me han hecho gracia:
Eva Ibáñez, 6 años
El padre de Eva le preguntó: «¿Tienes ganas de que empiece el colegio?».
La niña le respondió: «No».
«¿Y por qué?», insistió su padre.
Y Eva le dijo: «Porque nos ponen deberes y luego ni nos pagan ni nada».
Alejandro Coll, 5 años
Todos los días le quitaba dinero a su padre de la cartera. Un día su padre lo pilló y le preguntó: «¿Qué haces? ¿Me estás robando?».
Alejandro le respondió: «No lo estoy robando, me lo estoy encontrando».
Charlie Mas, 5 añosCharlie estaba discutiendo con su madre, y ella le dijo:
«Te tienes que controlar, no puedes decir todo lo que se te pase por la cabeza».
Él le contestó: «No puedo, el celebro me empuja».
Como véis, aquí tenemos y 1 político y 2 banqueros potenciales
Claro, que lo peor viene cuanto te hacen preguntas sobre el sexo, la muerte, o lo incluso más comprometidas. ¡¡¡La economía!!!
Así es amigo, a los niños también hay que hablarles de este escabroso tema. Ya que en la escuela no lo hacen y los amigos se encargan de enseñar otras cosas, lo mejor para que no caigan en la trampa en la que muchos hemos caído es enseñarles desde pequeñitos.
Para ello os traduzco libremente este interesante texto acerca de como hablar a los peques de economía.
De acuerdo con los expertos, los niños de hoy en día están mejor preparados que sus padres para tratar temas sensibles, como bien sabrás, si ya ha tratado el tema del sexo con ellos sin acudir al absurdo de los pájaros y las abejas. La clave está en tratar estos temas de forma que ellos se sientan cómodos y proporcionándoles sólo aquella información que sea adecuada para su edad.
Aunque no hables con ellos sobre la economía, acabarán oyendo cosas al respecto. Por tanto, no se preocupe de si van a ser o no capaces de entender lo que está pasando. Lo mejor que puede hacer es mantener la comunicación abierta.
Hemos pedido consejo al psicólogo Erik A. Fisher, afincado en Atlanta, Georgia, sobre cómo hablar con los niños sobre la economía. El Dr. Fisher es autor del libro “The Art of Empowered Parenting, The Manual You Wish Your Kids Came With” (El arte de ser padres capaces. El manual que le gustaría que sus hijos trajeran bajo el brazo) y bloger del sitio Web ParentSociety.
Proporcióneles ejemplos concretos
Con tres años los niños no están preparados para entender cuestiones de finanzas personales. Es de vital importancia que les transmita confianza y evite transmitirles sus propios miedos e inseguridades. De los ocho años en adelante pueden entender conceptos financieros básicos, que incluso son complicados para los adultos, por lo que será conveniente que les proporcione ejemplos concretos. “Sus hijos escucharán todo tipo de términos, como por ejemplo ejecución hipotecaria, pero no sabrán lo que significa”, dice Fisher. “Explíqueles cómo funciona una hipoteca y lo que hacen los bancos. Utilice ejemplos concretos como una cesta llena de manzanas. Saque unas monedas y enséñeles cómo funcionan los intereses.” Fisher enfatiza que aunque haya ciertas directrices para determinadas edades es importante tener en cuenta el grado de madurez de cada niño en particular, “si el niño tiene dificultad en dar el cambio, tendrá que facilitarles su comprensión en las conversaciones que mantengan, proporciónele las piezas del rompecabezas.”
Resalte el papel de la familia
Debe enseñar a sus hijos el valor del trabajo y explicarles que en estos tiempos de incertidumbre económica todo el mundo tiene que trabajar con mayor intensidad. Fisher hace hincapié en la importancia de la unidad familiar y dice que se debería transmitir la idea de que la familia en su conjunto está unida en estas cuestiones. “¿Guardan sus hijos algo de dinero todas las semanas para que sean conscientes de lo que significa ahorrar?”, pregunta Fisher. Explíqueles que la familia es como un negocio, con dinero que se gana (ingresos) y dinero que se gasta (gastos). Entender lo que supone llevar una familia tiene mucho que ver con enseñar a los niños el valor del dinero.
Muestre una imagen positiva
Fisher considera que muchos padres cometen el error de fingir que todo es color de rosa hasta que la familia se ve obligada a mudarse a un piso porque el banco acaba de quedarse con la casa de tres habitaciones de las afueras. Dice que hay cosas que se deben ocultar a los niños. “No deje que sepan lo que tiene. No deje que sepan que está totalmente endeudado y no puede salir adelante. Y no haga que los niños se sientan culpables, independientemente de lo que les diga.” Los niños y hasta la adolescencia se dejan llevar por impulsos y emociones. Está bien pasar por alto detalles, siempre que se les haga ver que la familia se recuperará de este bache temporal. “Si ha sufrido un importante revés económico y tiene que ajustarse el cinturón, haga ver al niño que la familia está cambiando sus hábitos de gasto y déjele muy claro que se están tomando medidas y que él no tiene la culpa.” El papel de los padres no cambia sólo porque la situación económica lo haga. Es más importante que nunca proporcionar a los hijos la sensación de seguridad.
Céntrese en lo que es verdaderamente importante
La vida está llena de altos y bajos. La economía es cíclica, pero las relaciones, si se nutren de forma adecuada puede durar toda la vida. No tiene por qué seguir disfrutando de unas vacaciones muy costosas o buscar maneras de entretener a sus hijos todo el tiempo. Simplemente, dedíqueles tiempo de mayor calidad y menos tiempo al trabajo. Fisher dice que no se trata de no permitirles tomar sus propias decisiones sobre cómo gastan el dinero, sino que es muy importante que lo hagan para enseñarles el valor de las cosas. Y que también es importante distanciarse y mostrarles que hay cosas más importantes en la vida que lo estrictamente material.
Según Fisher, a partir de la adolescencia ya se les puede enseñar una importante lección sobre la crisis económica. Explicarles las razones causantes de la crisis puede contribuir a enseñarles que la arrogancia ha sido ruina de toda civilización importante a lo largo de la historia. Hemos destinado tanto tiempo a acumular riquezas en nuestra cultura que lo que se sacrifica son las relaciones. Nuestro concepto de lo que vale debería proceder de ahí.
Después de leer este texto, hagamos el juego de cambiar “Padres” por “políticos”, “familia” por “país” y “niños” por “ciudadanos”. ¿Por qué no siguen estos consejos los que nos mandan? ¿De quién es la culpa, del que no sabe o del que no enseña?
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