UN POCO DE RESULTADOS

ELECCIONES VASCAS

Los empresarios reclaman un Gobierno «rápido, fuerte y estable»

El colectivo evita tomar partido, aunque la mayoría ve con buenos ojos una eventual coalición entre PNV y PSE

MANU ALVAREZ| BILBAO

m.alvarez@diario-elcorreo.com Decía el economista británico John Maynard Keynes, de máxima actualidad por las teorías que elaboró para justificar la intervención del Estado en momentos de crisis, que «no hay nada más tímido que un millón de dólares». Quizá por ello, los empresarios vascos defienden la conformación de un Gobierno vasco que ofrezca estabilidad, solidez y transmita eficacia en la gestión, en unos momentos especialmente complicados en los que, según la sensación que respiran, lo peor del declive de la economía aún está por llegar. Cualquier opción es válida, salvo un Ejecutivo sostenido con hilvanes, apuntan responsables del sector.

«Es necesario un Gobierno sólido y estable, independientemente de cuáles sean las formaciones políticas que lo compongan e incluso de quién lo lidere», explicó ayer el secretario de Confebask, José Guillermo Zubía. «Además de eso, es preciso que su gestación sea rápida, que no se produzca una innecesaria pérdida de tiempo en las negociaciones», sostuvo el dirigente de la patronal.

A su juicio, la lucha contra la crisis que ya ha situado a Euskadi al borde de la recesión y contra sus consecuencias deben ser la prioridad del nuevo Ejecutivo, lo que va a requerir «capacidad para adoptar las medidas más oportunas en cada momento». ¿Quiénes deben formar parte de ese Gabinete y quién ha de ser el lehendakari? La confederación empresarial no se moja en esos detalles, «que son responsabilidad exclusiva de la clase política».

Consenso amplio

En términos similares se expresaba ayer un portavoz del Círculo de Empresarios Vascos, que reclama un Gobierno «que refleje el mayor consenso social que sea posible en una coyuntura en la que nos enfrentamos a una crisis global sin precedentes».

Más allá de las declaraciones oficiales, en amplísimos sectores empresariales vascos existe una apuesta clara a la hora de definir el Ejecutivo ideal, que permita al mismo tiempo dar respuesta a los retos del grave deterioro de la economía y que sea también un reflejo amplio de la respuesta dada por las urnas. Así, la opción que más adeptos tiene entre ellos es, precisamente, la que se vislumbra como más difícil en el terreno político: una coalición entre el PNV y los socialistas, los dos partidos con mayor representación parlamentaria tras las elecciones del domingo. Esa posibilidad -apuntan- ofrecería una «triple estabilidad». De un lado, el Gobierno resultante tendría respaldo suficiente para trazar un «plan de actuación ante la crisis», con vigencia para los próximos cuatro años; contribuiría a «rebajar la tensión del debate político en la sociedad» y, además, garantizaría un «adecuado nivel de entendimiento con la Administración central».

Recuerdos del pasado

Destacados responsables de este colectivo en Euskadi ya se habían manifestado a favor de una alianza de ese tipo durante las semanas previas a los comicios -eso sí, en privado- al subrayar que el 'tándem' que peneuvistas y PSE formaron bajo el mandato de José Antonio Ardanza funcionó bien en la tarea de la reconstrucción industrial. A su juicio, la interlocución con el Ejecutivo central es clave, ya que no sólo mantiene en su poder el control de importantes partidas presupuestarias de ayudas, sino que además es un gran cliente y un compañero indispensable en numerosas operaciones de salida a los mercados exteriores. Por el contrario, la imagen de un Gabinete en solitario del PNV o de los socialistas «pone los pelos como escarpias», apuntaba ayer un empresario.

Respecto al liderazgo en el Gobierno hay más prudencia y menos definición, aunque en tan sólo unas horas se ha generalizado ya una tesis contundente: la controvertida figura de Juan José Ibarretxe y la ruptura de puentes que ha protagonizado durante los últimos años con los no nacionalistas, apuntan fuentes empresariales, le coloca «necesariamente fuera de un Ejecutivo que se pretenda fuerte. ¿Alguien puede imaginar a Ibarretxe de lehendakari y a Patxi López de vicelehendakari?», señalaba ayer a EL CORREO el presidente de una importante empresa vasca. «Me temo que eso sería un gallinero de convivencia imposible», concluía.

A partir de ahí las tesis están divididas en dos grandes grupos: el de quienes consideran que sería bueno que ese Gobierno estuviese liderado por los socialistas «para provocar una auténtica regeneración en muchas áreas anquilosadas después de casi 30 años de control por parte del PNV» y el de quienes -y no son pocos- creen que el PSE va a tener una gran dificultad para contar con el concurso de «buenos profesionales» en puestos clave, que le permitan afrontar las tareas de gestión con garantías de éxito.