AEROPUERTO
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AEROPUERTO
CONSECUENCIAS DEL TEMPORAL
La grabación de vídeo recoge los bandazos del avión antes de aterrizar. Esta maniobra, en el argot, se llama 'resbale' y es utilizada para tomar tierra con fuertes vientos laterales. / L. CALABOR
La grabación de vídeo recoge los bandazos del avión antes de aterrizar. Esta maniobra, en el argot, se llama 'resbale' y es utilizada para tomar tierra con fuertes vientos laterales. / L. CALABOR
<< 123 >> El avión, un Airbus 320 de Tunisair, enfiló la pista del aeropuerto de Loiu poco antes de las cinco de la tarde del lunes en medio de rachas de viento que superaron los 100 kilómetros por hora en Vizcaya. El piloto llevaba más de veinte minutos sobrevolando el aeródromo para aterrizar. Las impactantes imágenes, captadas por un reportero de EL CORREO y difundidas a través de la página web del periódico, muestran cómo la cola de la nave se mueve, el avión se desequilibra, sube y baja a escasos metros del suelo y, finalmente se gira, escorado, antes de posarse en la pista. «Lloraba hasta la azafata», relató una joven que vivió momentos de pánico como el resto del pasaje, que volvía de Túnez.
El Airbus transportaba a una veintena de jóvenes vascos que regresaban de su viaje de estudios. Volaba directo desde Túnez a Loiu. «El piloto tuvo que hacer maravillas para aterrizar, el fuerte viento nos elevaba una y otra vez. Al tocar tierra, el avión estaba completamente de lado», describía la pasajera. Cuando terminó la escalofriante maniobra, y una vez recuperados del susto, los ocupantes rompieron en aplausos y felicitaron al comandante.
El vídeo, difundido ayer por numerosos medios de comunicación, recoge lo que parece a simple vista un aterrizaje de emergencia. Sin embargo, los técnicos coinciden en que se trata de una maniobra habitual, que en el argot de los pilotos se llama 'resbale', utilizada para poder aterrizar con viento lateral. «Consiste en alabear hacia el lado que sopla el viento para contrarrestar su empuje y meter el timón contrario con el fin de evitar que el avión gire», comenta un experto en aeronáutica.
No fue el único aterrizaje, o intento de tomar tierra, que puso los pelos de punta a los viajeros el pasado lunes en Loiu. A lo largo del día, el viento obligó a cancelar una veintena de trayectos y a desviar diez vuelos a otros aeropuertos. Varios aviones se vieron obligados a hacer más de un intento para lograr posarse en las pistas. Los aparatos que entraron en el aeropuerto en los momentos más complicados del temporal llegaban de Sevilla, Canarias, Madrid y Londres, entre otros puntos. Numerosas personas pudieron observar desde municipios cercanos los apuros que pasaron las aeronaves.
Viajeros y testigos 'colgaron' sus experiencias en la web de EL CORREO DIGITAL. «Aterricé procedente de Londres a las tres de la tarde. El piloto avisó de que habría turbulencias. Las hubo, y muchas. El avión era como una coctelera; hasta el punto que el piloto abortó el primer intento de aterrizaje. Tras una vuelta por la provincia, segundo intento y esta vez sí... todos mareadillos, con los huevos de corbata. Incluso a un hombre le dio un 'chungo'», narraba un pasajero de un vuelo de Clickair. «Aterrizamos a las cuatro en Loiu, en un avión procedente de Lanzarote y fue acojonante. Lo pasamos realmente mal», recordaba otro.
Por el viento sur
Un vecino de Getxo contaba impresionado que a las seis de la tarde del lunes vio a un avión de la compañía Clickair que dio un «tumbo impresionante» por un golpe de viento, y tuvo que abortar el aterrizaje. «Un par de minutos después apareció el siguiente, que venía del interior (en dirección contraria) y también tuvo que abortar. Volvió a salir hacia el mar para dar la vuelta y tratar de tomar tierra de nuevo, mientras el primer avión lo intentaba también». Media hora más tarde, los espectadores de un entrenamiento de fútbol en los campos del Leioa vieron atónitos cómo una aeronave que descendía hacia las pistas sufría «varios bandazos» y tenía que remontar vuelo.
La culpa de esta jornada de nervios en Loiu la tuvo el viento sur. «Cuando en el aeropuerto sopla con fuerza son habituales estas situaciones. Las montañas que rodean las pistas provocan rachas que cambian bruscamente de dirección y velocidad. Las turbulencias son terribles. Los pilotos no tenemos miedo. No hay peligro. Sabemos que si nos dejan aterrizar es porque el avión puede soportar esos nudos. Pero es cierto que los viajeros lo pasan muy mal. Es normal», explica Thomas, un piloto que reside en la localidad de Mungia y que ha aterrizado en las pistas vizcaínas en numerosas ocasiones.
«Lloraba hasta la azafata»
Un avión de Tunisair realiza una espectacular maniobra de aterrizaje en el aeropuerto de Loiu en medio de fuertes rachas de viento y con el pasaje aterrorizadoLa grabación de vídeo recoge los bandazos del avión antes de aterrizar. Esta maniobra, en el argot, se llama 'resbale' y es utilizada para tomar tierra con fuertes vientos laterales. / L. CALABOR
La grabación de vídeo recoge los bandazos del avión antes de aterrizar. Esta maniobra, en el argot, se llama 'resbale' y es utilizada para tomar tierra con fuertes vientos laterales. / L. CALABOR
<< 123 >> El avión, un Airbus 320 de Tunisair, enfiló la pista del aeropuerto de Loiu poco antes de las cinco de la tarde del lunes en medio de rachas de viento que superaron los 100 kilómetros por hora en Vizcaya. El piloto llevaba más de veinte minutos sobrevolando el aeródromo para aterrizar. Las impactantes imágenes, captadas por un reportero de EL CORREO y difundidas a través de la página web del periódico, muestran cómo la cola de la nave se mueve, el avión se desequilibra, sube y baja a escasos metros del suelo y, finalmente se gira, escorado, antes de posarse en la pista. «Lloraba hasta la azafata», relató una joven que vivió momentos de pánico como el resto del pasaje, que volvía de Túnez.
El Airbus transportaba a una veintena de jóvenes vascos que regresaban de su viaje de estudios. Volaba directo desde Túnez a Loiu. «El piloto tuvo que hacer maravillas para aterrizar, el fuerte viento nos elevaba una y otra vez. Al tocar tierra, el avión estaba completamente de lado», describía la pasajera. Cuando terminó la escalofriante maniobra, y una vez recuperados del susto, los ocupantes rompieron en aplausos y felicitaron al comandante.
El vídeo, difundido ayer por numerosos medios de comunicación, recoge lo que parece a simple vista un aterrizaje de emergencia. Sin embargo, los técnicos coinciden en que se trata de una maniobra habitual, que en el argot de los pilotos se llama 'resbale', utilizada para poder aterrizar con viento lateral. «Consiste en alabear hacia el lado que sopla el viento para contrarrestar su empuje y meter el timón contrario con el fin de evitar que el avión gire», comenta un experto en aeronáutica.
No fue el único aterrizaje, o intento de tomar tierra, que puso los pelos de punta a los viajeros el pasado lunes en Loiu. A lo largo del día, el viento obligó a cancelar una veintena de trayectos y a desviar diez vuelos a otros aeropuertos. Varios aviones se vieron obligados a hacer más de un intento para lograr posarse en las pistas. Los aparatos que entraron en el aeropuerto en los momentos más complicados del temporal llegaban de Sevilla, Canarias, Madrid y Londres, entre otros puntos. Numerosas personas pudieron observar desde municipios cercanos los apuros que pasaron las aeronaves.
Viajeros y testigos 'colgaron' sus experiencias en la web de EL CORREO DIGITAL. «Aterricé procedente de Londres a las tres de la tarde. El piloto avisó de que habría turbulencias. Las hubo, y muchas. El avión era como una coctelera; hasta el punto que el piloto abortó el primer intento de aterrizaje. Tras una vuelta por la provincia, segundo intento y esta vez sí... todos mareadillos, con los huevos de corbata. Incluso a un hombre le dio un 'chungo'», narraba un pasajero de un vuelo de Clickair. «Aterrizamos a las cuatro en Loiu, en un avión procedente de Lanzarote y fue acojonante. Lo pasamos realmente mal», recordaba otro.
Por el viento sur
Un vecino de Getxo contaba impresionado que a las seis de la tarde del lunes vio a un avión de la compañía Clickair que dio un «tumbo impresionante» por un golpe de viento, y tuvo que abortar el aterrizaje. «Un par de minutos después apareció el siguiente, que venía del interior (en dirección contraria) y también tuvo que abortar. Volvió a salir hacia el mar para dar la vuelta y tratar de tomar tierra de nuevo, mientras el primer avión lo intentaba también». Media hora más tarde, los espectadores de un entrenamiento de fútbol en los campos del Leioa vieron atónitos cómo una aeronave que descendía hacia las pistas sufría «varios bandazos» y tenía que remontar vuelo.
La culpa de esta jornada de nervios en Loiu la tuvo el viento sur. «Cuando en el aeropuerto sopla con fuerza son habituales estas situaciones. Las montañas que rodean las pistas provocan rachas que cambian bruscamente de dirección y velocidad. Las turbulencias son terribles. Los pilotos no tenemos miedo. No hay peligro. Sabemos que si nos dejan aterrizar es porque el avión puede soportar esos nudos. Pero es cierto que los viajeros lo pasan muy mal. Es normal», explica Thomas, un piloto que reside en la localidad de Mungia y que ha aterrizado en las pistas vizcaínas en numerosas ocasiones.
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